martes, 25 de marzo de 2014

ahora que vacilamos


Ahora que vacilamos 
como dos trozos de madera en el mar
prudencialmente el oleaje nos distancia
a una medida en la que podemos sentir
la resignación
una fuerza de tempestad mayor a nosotros mismos
la respiración del destino 
que nos quiebra
Algo insiste entre nosotros
y con esa ansiedad alimenta este muerto
porque lo perecedero se impregna mejor en el vacío
Lo sabemos nosotros y ese perro callejero que desgarra 
el sabor de lo deshecho



jueves, 6 de marzo de 2014

cautiverio 2


Esta cueva es mi casa.
esta lentitud y esta métrica 
para caminar entre las cáscaras 
es mi diálogo con el bosque
mi forma de no olvidar el regreso.
El sendero original estará lleno de maleza
Habrán levantado una fábrica, un templo
una antena provisoria
que baje el mundo a las alturas
Soy la bestia en un rectángulo
que podría ser la habitación de un hombre
donde entran él y su cama
y con suerte una silla.
Dar el zarpazo a la mosca atraída 
por la corpulenta pasividad y el encanto
de la antigua destreza
Pensar en ella como en el salmón
que se entrega manso
 lejos del chorro
Pero es tan solo una mosca
disputándome el azúcar 
que un niño nos arroja.
Llueve en esta jaula
comida por los hormigueros
El agua del hipopótamo se ha llenado de hojas
Una tortuga ha quedado suspendida
en un alto del cemento
Quien dice que los animales no sufren senilidad
extrañeza, estreñimiento?
Qué hace a este lugar distinto a un hospital
o a una cárcel?
Quien puede asegurar
 que esa tortuga a la orilla del piletón
como ese viejo recostado en el arco del geriátrico
no esperan
a costa de ahogarse
la corriente milagrosa
que los devuelva al mar.




Mubarak

  “Antes un cubo de agua era más valioso que nuestros propios hijos" Tovognaze Lavo la sangre de mi periodo en agua color café La...